viernes, 18 de septiembre de 2020

Josephine Baker

 

©Rob Cristo

Año 1 d.c. (durante la crisis -de la Covid). Mujer negra, exótica, dedicada al mundo del espectáculo, sale al escenario medio desnuda y, a veces, solo con una miniminifalda hecha a base de plátanos… ¿En los años 20 en París? Pues sí, parece que “los locos años 20” del siglo pasado fueron mucho más divertidos de lo que están siendo (por ahora) los de este nuevo siglo.

En mi ilustración (puedes ver otras “Chicas malas” en mi web) no pude evitar elegir esa carismática imagen con su falda de plátanos que se convirtió en su marca de la casa, o lo que viene a ser en términos contemporáneos, su brand image. Pero la intrépida Josephine Baker fue mucho más que una cabaretera al uso: bisexual, activista de los derechos civiles, luchadora con la Resistencia francesa, primera mujer negra que protagonizó una película comercial (Siren of the tropics, 1927) y probablemente la primera también que se sentó a la mesa de la jet set internacional. L@s freakies de los viajes en el tiempo la habéis visto echándole los tejos a Irene (Cayetana Guillén Cuervo) en París en El Ministerio del Tiempo y también colaborando con el equipo de Timeless (sí, ese plagio americano falto de carisma -y de historia- que casi acaba en los tribunales). Y en su vida privada adoptó 11 niños de diferentes orígenes étnicos y los educó en distintas religiones.

La Venus Negra -como se la conoció en su época-, aparte de ser una estupenda bailarina también fue Caballero de la Legión de Honor en Francia tras la Segunda Guerra Mundial y una portavoz del movimiento contra la segregación racial, negándose en sus actuaciones en Estados Unidos -en una época en la que el racismo allí era la norma- a que se segregase a su público. Siendo ella misma descendiente directa de esclavos (sus abuelos), la Baker renunció a su nacionalidad estadounidense para abrazar la francesa. Habiendo empezado muy joven como criada para familias blancas y habiendo vivido en la calle, se puede decir que su trayectoria no fue solo meteóricamente ascendente sino también ejemplo de una personalidad apabullante y burbujeante. Probablemente Freixenet le habría dado el protagonismo de uno de sus anuncios de Navidad si la estrella hubiese vivido su juventud unos años más tarde.

Hemingway, Picasso, Cocteau o Grace Kelly se encontraban entre sus amistades. Pero también aparecen en su biografía Fidel Castro, Martin Luther King y Rosa Parks, transcurriendo su vida entre iconos míticos de la época como el Folies Bergère, el Ziegfeld Follies o el Orient Express. Pero su acceso a embajadores, ministros y cargos militares en las fiestas a las que acudía la convirtieron en la espía perfecta durante la gran guerra, transportando información en sus partituras… ¡Escrita en tinta invisible! Toda una fantasía vintage para este nuevo siglo. Seguro que conoció a Mata Hari, Agatha Christie y a Ian Fleming. ¿Todavía a nadie se le ha ocurrido hacer una serie o una peli con semejante personaje?

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