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Bilbao, año 8 d.c. (después de la crisis). Sí, esto no
termina nunca (la crisis) y además sin
nuevo gobierno, lo que no sería tan malo si no fuera porque supone tener que
aguantar unos meses más al actual “gobierno
en funciones” y sus corruptelas generalizadas. Pero no todo iban a ser
malas noticias. El pasado jueves, sin ir más lejos, David Bowie, sí, sí, el mismo, el camaleón del pop, el Duque Blanco, Ziggy Stardust, Starman,
o como quieras llamarle, se paseó por las calles de Bilbao.
O al
menos su espíritu lo hizo sin duda alguna. Seguramente nos estaría observando
con orgullo desde las estrellas, a las que tantas veces cantó y en las que obviamente
reside ahora con sus colegas Lou Reed y Freddie Mercury. Desde el escenario de SatéliteT, bajo el puente de Deusto, un
número incontable de bandas locales rendían homenaje con sus versiones a la
estrella del glam. Cada una desfiló
para un único tema (aunque algunos de sus
miembros demostraron ser muy promiscuos y no creer en ningún tipo de monogamia,
ya que reaparecieron en diferentes formaciones) y todas juntas, al final,
nos ofrecieron en el más improvisado estilo “We are the world”, el temazo: “Héroes” que daba título a la noche.
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Camiseta de Rob Cristo |
La
convocatoria de Satélite T: “Podemos ser
héroes, un día más” fue todo un exitazo. La sala estaba a tope y no te
podías mover sin rozar sospechosamente a quien tuvieras al lado. Y yo que había
esperado poder lucir mi nuevo modelo de camiseta de Rob Cristo homenajeando al artista, me quedé con las ganas, hubiera
dado lo mismo que fuéramos desnudos, nadie se habría percatado. Eso no impidió
que admirásemos a estos valientes que se atrevieron a versionar (como es lógico, unos con más arte que otros)
al gran lord del pop, y quedó clara la huella que nos ha dejado a todos este
auténtico héroe del atrevimiento, de la genialidad, la ambigüedad y la
subversión escénica, cuya música fue siempre pareja al escándalo, a los
rumores, a la reinvención y sobre todo, al no quedarse quieto. Jamás. Un
auténtico ejemplo a seguir.
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Se
lo llevó un cáncer, como a tantas
otras víctimas de esta pandemia innombrada aún por las autoridades de la OMS,
pero se extiende y se extiende como los plásticos en el océano. Seguro que cada
uno reflejamos sobre aquel escenario nuestras propias experiencias, nuestros propios
recuerdos de las canciones del hombre de la mirada alienígena: “Let´s dance”, “Starman”,
“The man who sold the world”, “Modern love”, “Ashes to ashes”, “Life on Mars”...
A cada uno nos han dejado una impronta diferente y no me hubiera importado ver sobre
el escenario un vídeo con los recuerdos personales que cada uno de los asistentes
le ponía a la música de Bowie. Más allá de sus valores musicales, para mí fue
uno de los primeros que pasó de las convenciones sobre género e identidad sexual.
Él las exploró todas sobre el escenario (y
dicen que fuera también), haciendo simplemente lo que le pedía el cuerpo. Como
debe ser.
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Se lo montaron
bien los de Satélite T (prometen homenajes
a otros artistas cada mes). Consiguieron que reviviéramos a Bowie por una noche
(aunque eché de menos escuchar al menos un
tema original). Y sí, todos nos sentimos héroes por una noche más. Aunque sólo
fuera por seguir estando aquí.