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Bilbao
2012, año del fin del mundo… Pero quizá aún haya esperanza. ¿Por qué? ¿Será
porque la izquierda gobierna en Francia
y le lleva la contraria a la gran panadera alemana? ¿Será porque los chicos del
15M vuelven a tomar las calles y la policía vuelve a tomarles a ellos
haciendo uso de aquella ley que prohíbe grupos de más de 20 personas y que creo
que surgió para combatir el terrorismo años ha? ¿Será porque Obama se ha convertido en el primer
presidente americano en apoyar el matrimonio
gay? ¿O será porque el sol vuelve a brillar en esta brumosa ciudad después
de que en abril lloviera 29 de los 30 días que tiene en el calendario? En
realidad la esperanza es que en Bilbao, capital portuaria (o casi), industrial, vasca, rebelde, independiente, separada… ha
vuelto a brillar con la unidad de sus gentes. Por encima de la ideología
política, por encima de la clase social o incluso de la procedencia o la
identidad sexual, Bilbao ha demostrado que miles y miles de personas pueden
echarse a la calle bajo una única bandera: la rojiblanca. La ciudad entera (y alrededores, o sea, el Gran Bilbao, ¡qué bonita expresión!), como demuestran las
fotos que acompañan hoy esta entrada, se tornó rojiblanca. Nunca había visto yo
algo parecido, tanto fervor, tanta alegría y unión… (tenéis que recordar que llevaba más de 20 años fuera de aquí)
Fachadas enteras cubiertas con las banderas, familias en la calle, cuadrillas,
desconocidos, todos unidos con un único grito: “Aupa, Athletic”.
Cualquiera que me conozca
mínimamente sabe que a mí, el único momento del fútbol que me interesa, es aquel en el que los jugadores se atreven
a quitarse las camisetas mojadas… Y siempre me quejo de que no haya más
primeros planos (al fin y al cabo, lo mío
es el cine, como decía uno de los electroduendes en la añorada “La bola de cristal”, que yo
"Lo mío es el cine..." |
me
empeñaba en ponerles a mis hermanos pequeños para que me salieran modernos…).
Pero es verdad que, en tiempos tan tristes y tremendistas como los que vivimos,
que haya un motivo de alegría e ilusión para unir a todo un pueblo (generalmente separado) es digno de
tenerse en cuenta. Y eso que yo no vi ni el partido (nunca he visto uno, lo confieso, hace poco me enteré de que los
equipos, a mitad de juego, cambian de lado en el campo…). Pero el espíritu
era contagioso, no he visto nada así más que en las Fiestas de la Semana Grande de Bilbao.
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Y ahí es donde me surge una
pregunta. Si la vida se puede parar durante casi un día entero por un partido
de fútbol, ¿cómo es que no se para también ante una reforma laboral y social
que nos está dejando en bragas? ¿Cómo es que esa misma furia celebratoria que
une a miles y miles de personas no se convierte en furia contra los tiranos a
los que estamos dejando que se rían de nosotros? Nacionalizan los bancos que no
funcionan para quedarse con sus deudas en lugar de hacerles pagar por sus
errores, mientras sus directivos se van de rositas con pensiones millonarias.
Sin embargo, las empresas públicas que funcionan, como los transportes
públicos, los privatizan, para que los beneficios se los lleven otros y los
usuarios empecemos a notar una bajada en la calidad del servicio (es lo que va a pasar en Bilbao con los
autobuses urbanos, el Bilbobus pasa
a manos de ALSA). El novio valenciano de una mujer china tiene que pagar
millones por un tratamiento contra el terrible cáncer de su pareja, mientras la Espe se dedica a privatizar sus
hospitales y a seguir inaugurando centros médicos que luego no llegan ni a usarse.
Los ciudadanos tenemos que pagar nuestros impuestos religiosamente, mientras la
religión católica, es decir, la Iglesia,
no paga ni el IBI (sorprendentemente, los
ayuntamientos que le están pidiendo que lo haga son del PP, está
Foto de El País |
claro que ante
el dinero no hay fe que valga…). Los detenidos en las concentraciones del
15M pueden ser condenados a penas de 2 a 4 años por resistirse pacíficamente (mirar sus rostros de estupor ante los
excesos policiales), mientras que el yerno del rey seguro que se va de
rositas tras, presuntamente, robar y robar dinero público. Y el presidente del Supremo se pegó no sé
cuántas vacaciones en Marbella (por ahora
se han comprobado 18) a cuenta del erario público (o sea, de nosotros). Y eso que el susodicho es confeso usuario de
misa diaria (católica, se entiende) Pero
luego los que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades somos nosotros,
los currelas. Lo que no le evita al
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Ayuntamiento
de Bilbao gastarse más de 8.000 euros de dinero público para llenar la
ciudad de banderitas del Athletic…
Todo sea para animar la afición y el turismo. Lo único que tiene sentido en
todo esto es que el caso del obispo de Alcalá
de Henares, el infame Reig Plà, está
siendo estudiado por un juez para verificar si incurrió en delito al difamar a
todos los homosexuales en vivo y en directo, a través de su aparición en La 2 (pagada por todos nosotros, homosexuales o heterosexuales o bisexuales
o trisexuales o multisexuales…) al vincular homosexualidad y prostitución (puede que en realidad la única manera de
sexualidad que el tipo haya conocido sea ésa, la prostitución. Claro que, mejor
eso que la pederastia a la que se
dedican muchos de sus compinches…). Ya sólo el hecho de que se hayan
abierto diligencias previas quiere decir que hay indicio de delito. Y mientras,
el presidente del gobierno, para más inri, admite que todos los terribles recortes
se están haciendo, “tarde, mal y a rastras”… Pues vaya seguridad que nos inspira…
Pero vayamos a por más
buenas noticias. Como que los estudiantes de todos los niveles educativos de este
país, estén a punto de realizar una huelga
histórica el día 22 de mayo. Va
a ser la primera vez que se unen en una protesta desde la educación infantil
hasta la universitaria. Y es que la situación lo merece. La unidad hace la
fuerza. Y si el ánimo de los leones puede paralizar una ciudad, el impulso del
pueblo también puede paralizar un país. Echar un vistazo a este artículo
publicado hoy en El País, que cuenta la experiencia de una ciudadana que
simplemente pasaba por Sol camino de su casa. No tiene desperdicio.
Foto de El País |
Y para dulcificar el
ambiente, os ofrezco el final de este culebrón hollywoodiense que es “Sublime
Confrontación”. O lo que es lo mismo: “The Halcyon sisters”. Pero antes, poner
este link en otra pestaña de vuestro buscador y usarlo como banda sonora. Se
trata de Joan as police woman, un
nombre extraño (hace referencia a la
mujer policía interpretada en los 70 por Angie
Dickinson, menudas piernas tenía) que esconde una voz divina. Tuve el
placer de verla en directo el año pasado en Madrid. Disfrutadlo.
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"El origen de la rivalidad sólo pudo ser un hombre... Estrella invitada: Bette Davis como la señora Halcyon" |
Dos hermanas nacidas en una
familia rica. Una misma pasión: la interpretación, el teatro, el cine… Ya desde
pequeñas organizaban sus propias representaciones en la mansión de los Halcyon,
ayudadas por amigas del colegio y por las múltiples criadas que las adoraban.
Su madre, estricta mujer multimillonaria (la
gran Bette Davis), trató de
desalentar semejante afición, no digna de su clase. Pero la pasión de las niñas
pudo más. Estaban tan unidas que nunca se plantearon que iban a entrar en una
de las profesiones más competitivas del mundo. Se adoraban y nunca pensaron que
nada, ni nadie, pudiera interponerse en el cariño que sentían la una por la
otra. La del pelo azabache y los ojos violeta, Miriam, tenía un carácter dulce
y caprichoso, hacía que todo el mundo la adorase. La otra, Vivien, la del pelo
casi pelirrojo, era más insegura, más retraída, pero poseía una sensualidad
innata que desde muy joven volvía locos a los hombres. Las dos entraron a la
vez en Hollywood por la puerta grande. La pelirroja ya se había vuelto rubia…
Eran la combinación perfecta, una rubia platino y la otra morena ébano. Incluso
interpretaron juntas algún musical de juventud con bastante éxito. Y hasta dejaron
sus huellas juntas en el Paseo de la Fama….
Entonces llegó él, Steve (Montgomery
Clift). Alto, moreno, guapísimo, con unos ojos
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"Primero se casó con una..." |
que casi podían competir
con los de Miriam. Era educado, sensible, las trataba como a auténticas damas… Y
claro, las dos se enamoraron locamente de él. Y allí empezó el problema. Las hermanas
empezaron a negarse a seguir trabajando juntas. Es más, comenzaron a competir por
los mismos papeles, llegando a las más oscuras artimañas para conseguirlos y así
tener más éxito que la otra. Se volvieron locas por conseguir un oscar. Y todo se
fue al garete cuando Miriam consiguió que Steve se casara con ella. Vivien no pudo
superarlo. Se intentó suicidar varias veces, se casó con el primero que se lo propuso,
se divorció, se volvió a casar, a divorciarse… Pero Miriam no era más feliz que
ella. Su matrimonio no funcionaba y sólo ella sabía por qué. Sin embargo sus carreras
iban lanzadas por encima de todas las estrellas del firmamento del celuloide. Se
habían convertido en auténticos iconos de la década de los 50. Pero hacía ya tiempo
que nunca aparecían juntas en público. Y se decía que en privado no se hablaban
desde hacía años.
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"...Y luego con la otra." |
Miriam y Steve acabaron divorciándose.
Y Vivien aprovechó la ocasión para ser el consuelo de Steve. O quizá ya lo fuera
incluso antes del divorcio. Se casaron. Miriam nunca se lo perdonó. Pero la venganza
era dulce. Porque ella sabía que ese matrimonio sería tan infeliz como el suyo.
Ella conocía el secreto de Steve. Sabía que era un alma atormentada. Sabía quién
era su único y auténtico amor…
“The Halcyon Sisters”, que
aquí se iba a llamar “Sublime Confrontación”, nunca llegó a rodarse. Dicen que los
enfrentamientos entre Marilyn Monroe
y Elizabeth Taylor durante las primeras
lecturas de guión fueron tan estruendosas como los de los personajes que iban a
interpretar. Los productores se dieron cuenta de que el rodaje sería imposible.
Además cada una exigía más dinero que la otra y entre las dos se hubieran comido
el presupuesto entero de la película. El proyecto acabó en un cajón. Hasta que yo
encontré estas fotos hace poco. En un antiguo cine de Bilbao transformado en apartamentos…
©RM
"Pero él sólo podía amar a otro hombre..." |
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