martes, 8 de mayo de 2012

La película sigue


©RM
La realidad vista a través de espejos, ¿cuento o pesadilla?
©RM
Una de las modernas plazas futuristas...
Bilbao 2012, año del fin del mundo. Pasan tantas cosas cada día que no sé ni por dónde empezar o en cuál centrarme. ¿Debo volver sobre los temas que nos angustian a todos desde cualquier medio de comunicación 24 horas al día, 7 días a la semana? ¿Debería hoy hablar del éxito de Hollande en las elecciones francesas y el rayito de esperanza que eso supone para los europeos por debilitar el trono de la inmunda Merkel? ¿Debería mencionar que hay una petición firmada por miles de personas que esta semana se va a presentar en el Congreso para que la Iglesia empiece a pagar el IBI como cualquier otra persona de este país? (me pregunto si la familia real paga el IBI) ¿O debería seguir hablando de los recortes en Sanidad y Educación? Pues no, probablemente no, bastante tenemos ya con lo que tenemos… Pero antes de cambiar de tema y alegraros el día, no me puedo quedar sin mencionar un par de cosas. El día 1 de este mes (día del Trabajador, así, con mayúsculas, si es que queda alguno que aún esté en activo) me pasé por el parque del Arenal para participar en las protestas de todos los trabajadores ante nuestra flagrante pérdida de derechos (y de dinero). Y escuché cosas muy interesantes, de las cuales, aparte de la rabia que nos posee a todos, se me ha quedado una clavada: que no nos engañen diciéndonos que la Sanidad y la Educación y el bienestar en general “ya” no pueden ser “gratis”. Que me perdonen los señores políticos (buitres carroñeros, debería decir), pero el
Mea culpa...
¿Que ha ganado quién...?
bienestar, la Sanida, la Educación, NUNCA han sido gratis, los hemos pagado siempre y los seguimos pagando todos los trabajadores con nuestros impuestos. De toda la vida, por favor, que no nos tomen por tontos ahora. Y otra cosa que no puedo evitar mencionar. Coged cualquier periódico o página web con noticias de las últimas semanas y veréis cómo se puede apreciar una evolución en los rostros de la “presuntamente” inmunda Merkel y de la “supuestamente” infame Sáenz de Santamaría: la primera está cada vez más enfadada, se le tuerce el gesto con disgusto haciendo salir a la superficie la maldad que, probablemente (o supuestamente) la corroe. La segunda, sin embargo, cada vez tiene un gesto más humilde, más como de pedir perdón por lo que hace y por lo que dice. Igual ni ella misma está de acuerdo con todo ello o igual es que le da miedo que lo que están haciendo va a tener consecuencias y les va a caer encima en cualquier momento. Los que ahora están ahí, en esas fotos, puede que muy pronto ya no ocupen los puestos que ahora ostentan con tanto desparpajo. Puede que el Pueblo (así, con mayúsculas, porque somos más y más importantes) los hayan, por fin, derrocado. O que se los hayan comido. Simplemente. 

Pero hemos dicho que no nos vamos a poner tremendos. Así que como diría mi amiga Nieves: “No me hables de política, que me pongo…” El otro día, después de escribir mi entrada anterior, me fui con mi marido y una pareja de buenos amigos al concierto de La Habitación Roja, ese grupo cuya música os amenizó (si es que os conectasteis al link, claro) y me reafirmó en lo que os comentaba entonces, que tienen unas letras que más que música son poesía. Merece la pena que les dediquéis unos minutos de búsqueda y escucha. Comprar un disco de vez en cuando no viene mal para el espíritu… Y por eso os voy a seguir amenizando estas sesiones de blogging (es el nuevo deporte de moda, y os lo aseguro, no sé si ejercitará el cuerpo con la postura del ordenador, pero desde luego la mente la agiliza que es una barbaridad) con algo de música. Hoy nos toca algo muy, pero que muy glamuroso. Seguro que ya lo habéis oído. Sobre todo si sois seguidores de La 1. Poco os queda por disfrutar, por cierto, porque el gobierno ya ha dado su golpe de estado particular y se va a hacer con el control total y absoluto de todo lo que salga por el canal público. Y eso que hasta la BBC ha reconocido sus noticias como las más ecuánimes del mundo. Por mucho que el partido en el poder se empeñe en decir lo contrario. Claro que si su idea de ecuanimidad es un noticiario dirigido por Urdaci, agarrémonos las vestiduras… Pero no hablemos de política, que me pongo… Como os decía, si seguís La 1, os habréis dado cuenta de que ya no ponen ninguna serie de producción propia para no gastar, las tienen arrinconadas en un armario (en el fondo un plan para librarse solapadamente de “Cuéntame” y “La República” porque no comulgaban con su ideario, en el que los fachas, generalmente, son malos. Incluso en Águila roja los reyes y obispos son malos. Casi como en la vida real). Me parece terrible y lo que creo es que pretenden cargarse el servicio público para tener una excusa y privatizarlo. Pero lo único bueno de esta tendencia de los últimos meses es que se ha vuelto a emitir cine clásico en hora punta. Y aunque es verdad que algunos son auténticos peñazos y empiezan tardísimo (¿quién es capaz de tragarse “55 días en Pekín” empezando a las 10 y media de la noche de un jueves cuando dura más de dos horas y media, aunque salga la divina Ava Gardner?), también han
El animal más bello del mundo...
pasado ya clásicos inmortales como “Casablanca” y “El hombre tranquilo”… Y parece que van a poner “Historias de Filadelfia”, una comedia maravillosa, intocable, con mi favorita Katharine Hepburn+Cary Grant+James Stewart (no sé quién está mejor en esa peli, pero ningún Cruise, Kidman, Hanks podría llegarles nunca ni a la suela del zapato). A lo que iba. Seguro que habéis visto el anuncio que usan para promocionar esta vuelta al cine clásico. Es estupendo. Sólo por oír a Ingrid Bergman diciendo: “El mundo se desmorona y nosotros nos enamoramos…” ¿Se puede estar más de actualidad? ¿Será consciente el PP del mensaje subliminal que han metido ahí? ¿Y qué me decís de esa maravillosa escena de Hepburn y Stewart bailando con lentitud en un jardín mientras burbujitas de colores salen de la pantalla gracias a los efectos digitales…? ¡Es la magia del cine personificada! Cualquiera que ame el cine puede sentirlo…

Hepburn y Stewart enamorados
Pues la música que lleva ese anuncio es de una chica guapísima y con mucho glamour que está muy de moda en estos momentos. Se llama Lana del Rey y si queréis oír la canción entera mientras seguís leyendo, abrid este link en otra página: http://www.youtube.com/watch?v=cE6wxDqdOV0
 
Porque hoy no, no os pienso hablar del anuncio que estoy haciendo para la página web de Metro Bilbao. Ni de otros pequeños encargos que me  han ido saliendo en los últimos meses. Ni de que igual me paso todo el verano fuera de mi ciudad favorita grabando un documental… No, no puedo hablar de nimiedades porque me debo a mi público. Y mi público, me temo, quiere saber qué fue de las hermanas Halcyon. ¿Os acordáis de mi último descubrimiento? ¿Existió en realidad una película que reunía a los dos mayores mitos de la pantalla, Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor? He aquí la respuesta.

©RM
"Una historia que se convirtió en ambición..."
 “Anoche soñé que volvía a aquella casa…” No, no es el principio de “Rebeca”, el clásico del maestro Alfred Hitchcock con la mejor malvada de la historia del cine en blanco y negro, la señora Danvers, interpretada por Judith Anderson. Es lo que me pasó en realidad. Anoche soñé que volvía a aquella casa que hace años vivió momentos de gloria como cine
Mrs Danvers intrigando...
de barrio en Bilbao. Allí se celebraron matinales y sesiones dobles, se estrenaron películas y miles de personas soñaron con esos rostros tan bellos, esas intrigas amorosas y esas aventuras sin fin. Pero hoy es simplemente un bloque de apartamentos. Aunque se mantenga la estructura externa. Sin embargo, a pesar de su aspecto banal, en su interior se esconde un secreto. Uno que podría desentrañar el mayor misterio de la historia del cine. ¿Se llegó a rodar, o ni siquiera a planear, una película que reuniera a las dos mayores estrellas del firmamento de Hollywood durante los años 50? En mi sueño yo entraba al edificio por la puerta principal, con una llave de esas antiguas, como las que colgaban de la cintura de la señora Danvers en “Rebeca”. Abría la entrada y pasaba directamente a una sala de cine de las de antes, de esas con asientos de terciopelo y cortinón rojo cubriendo la pantalla. No había nadie en el cine, pero las luces estaban encendidas y la cortina abierta, aunque no se estaba proyectando ninguna película. De pronto, como sucede en los sueños, me encontraba ya en uno de los palcos, abriendo la puerta que en teoría comunicaba con el pasillo. Pero claro, no era así, sino que abría la entrada al apartamento que había visto en mi visita anterior.
©RM
"Una historia de éxito, glamour y lujuria..."
Estaba vacío, así que me fui directamente al cajón en el que sabía que se encontraba la lata metálica con los afiches de la misteriosa película. En un instante ya estaba abriendo la caja y sacando las preciadas fotos. Eran estupendas. Mágicas. ¡Tanta belleza junta! De pronto algo me distrajo, un sonido como de raso, de ropas que se rozan al andar. Levanté la cabeza y claro, allí estaban. Ellas, las hermanas Halcyon. Marilyn y Elizabeth sonriendo, juntas, como si fueran amigas de toda la vida, jóvenes y bellas. Y me sonreían como si yo también fuera su amigo de siempre. Quizá su hermano. Marilyn se quitó unos guantes rojo escarlata, de esos que se llevaban con los trajes ceñidos en su época. Los dejó sobre la mesa donde estaban las fotos para coger una. Empezó a reírse, como se reía en sus películas. Se la enseñó a Elizabeth, que soltó una risita como de niña, igual que la voz que la doblaba en este país. Marilyn dijo en su inconfundible susurro: “The Halcyon Sisters…” Y Elizabeth, sin dejar de reírse, añadió: “Sublime Confrontación…” Así, en perfecto español. Y se quedó tan ancha. Yo quería preguntarles tantas cosas… Pero en ese momento apareció el tío de la inmobiliaria y parecía muy enfadado. “¿Qué hacen ustedes aquí? ¿Cómo han entrado?” Y no pareció reconocer a
©RM
"Una historia de envidia y emociones retorcidas..."
las maravillosas actrices que, sin parar de reírse, cada una a su manera, se fueron dando pequeños pasitos con sus contoneantes tacones… Y yo me quedé allí, pegado a la mesa, sin poder levantarme. El tío agarró la lata, guardó las fotos y la puso de vuelta en su sitio, mirándome enfadado. Yo no me podía mover, sólo podía mirar los guantes rojo escarlata de Marilyn allí, sobre la mesa… Entonces me desperté. Menos mal, qué angustia. Pero el recuerdo de sus voces, sus sonrisas, los guantes, sus contoneos cuando se marchaban… “Sublime Confrontación”. ¿Sería ése el título de la película en español? “Sublime Confrontación”. Sólo Douglas Sirk podía dirigir algo así. O George Cukor, que tan bien dirigía a las mujeres… Me levanté de la cama y me fui directamente a mirar una vez más las fotos que había robado de aquel piso. The Halcyon Sisters, Sublime Confrontación… Dos hermanas, una ambición, una rivalidad. Toda una vida enfrentadas. Por una carrera: las dos niñas ricas que deciden ser actrices y comerse Hollywood… Siempre enfrentadas por ser la mejor… ¿O sería por un amor? Claro, en realidad sólo un hombre podría hacer que estas dos bellezas pasaran toda su vida enfrentadas… 

©RM
"Dos hermosas mujeres... Una ambición... Una carrera... Un hombre... Una historia de Hollywood como nunca antes la has visto... La historia de dos hermanas que se odiaron y se amaron..."






















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