Bilbao, año nueve d.c. (después de la crisis, o sea, el robo a mano armada del que todos somos
víctimas). Y mientras los canales de televisión en abierto (léase, los gratis, los de siempre)
continúan midiendo sus audiencias a la clásica, yo, como os había prometido,
voy a seguir hablando de las últimas novedades en series de televisión. Pero de
las que sólo se pueden ver en las nuevas plataformas, porque hoy en día Netflix, HBO, Movistar y pronto Amazon, son las que acumulan la mayor
parte de la ficción que merece la pena verse. Desde luego, esto no deja de ser
un blog de alto contenido crítico personal, con lo que ni son todas las que
están ni están todas las que son. Pero es lo que tienen los críticos, que
nuestros gustos personales se imponen sobre cualquier otro factor. Y si no que
se lo pregunten a Mr. Boyero.
Voy a empezar por la recién llegada (como quien dice acaba de iniciar su andadura internacional como plataforma, aunque no deje de ser también el canal con mejor reputación en series de los últimos 15 años por lo menos), HBO. Y claro, hay que
mencionar a su buque estrella de los últimos tiempos: “Juego de tronos”. Pero ya se ha hablado mucho de esta serie que va por la séptima temporada, aunque aún tendremos que esperar meses para ver el material rodado aquí al lado, en el País Vasco (en las temporadas anteriores ya pudimos reconocer los escenarios del Desierto de las Bardenas, el centro histórico de Girona, las tierras de Aragón o algunos edificios de Sevilla). Así que mejor empiezo con la que ha llegado para (supuestamente) ocupar su sitio cuando esta saga llegue a su conclusión. Estamos hablando, claro, de “Westworld”. ¿Cómo, que no sabes qué es? ¿Has tenido apagado internet los últimos meses? ¿Te has estado tapando los oídos? Porque no han dejado de hablar de esta nueva serie en todas partes. En realidad se trata de un remake de una peli de ciencia ficción de serie B de los 70, que tenía como estrella en decadencia a Yul Brynner y que mostraba un futuro cercano en el que un parque temático del oeste americano lleno de robots ofrecía a los visitantes la posibilidad de ejercer todo tipo de maldades bajo la excusa de que los robots no tienen alma. ¿Pero y si la tuvieran? A pesar de sus fallos, la historia resultó un éxito y se convirtió en película de culto, dando lugar a una secuela menos conocida titulada “Futureworld”, que contaba con Peter Fonda y Blythe Danner (la madre de la actricísima Gwyneth Paltrow) regresando a una reapertura del parque temático. Ya en el año 80 llegaría una primera serie de televisión que trataba de ser una continuación de estos dos films, pero sólo duró 5 capítulos y pasó completamente desapercibida. Así que hubo de esperar hasta este remake de lujo que ha sido la estrella del lanzamiento de esta plataforma en el mundo. Una primera temporada irregular, sorprendente a ratos, algo repetitiva y repleta de nombres conocidos del cine y la televisión, Anthony Hopkins, Ed Harris, James Marsden (el Cíclope de la trilogía original de X-Men) y Sidse Babett Knudsen (de Borgen), que mantiene la premisa del original y que, si no la alargan al estilo “Perdidos”, puede llegar a tener mucha miga.
El
otro gran desembarque de HBO internacional ha sido su primera producción
italiana, “The young Pope”, dirigida por Paolo Sorrentino, gran artista del cine que nos dio el lujazo que
supuso “La gran belleza”. Si no te gustó aquella, no te molestes con esta.
Sigue el mismo apabullante y elegante estilo visual, una acción entrecortada y
llena de ironía (¡Dios mío, ¿el Vaticano
la habrá visto?) con un joven y hermoso Papa interpretado por Jude Law, que fuma sin parar por las
elegantes y barrocas estancias de los palacios eclesiásticos, acompañado a
veces por una magnífica Diane Keaton
en el papel de monja (ya era hora de que
dejase de hacer esas payasadas de comedias americanas que casi siempre
transcurren en bodas) y un sutilísimo Javier
Cámara (¡qué gran actor tenemos, que lo mismo nos hace reír que llorar que
pensar!). Un lujo tranquilo que no es para los amantes de la acción. Intrigas
palaciegas en pleno Vaticano, mucho surrealismo (marca de la casa Sorrentino), magníficas interpretaciones y el
primer Papa guapo de la historia, que además no tiene problemas en enseñar el
culo.
Y
la recién llegada, nada más estrenarse en la BBC ya está en HBO: “Taboo”,
apabullante recreación del Londres de principios del siglo XIX a la manera de
un western, que se adentra en una complicada herencia familiar con un
misterioso personaje central que parece recién llegado de… la mismísima muerte (Tom
Hardy), su exquisita medio hermana (la
española Oona Chaplin, aristocracia
del cine por apellido y de la tele por su participación en “Juego de Tronos”)
y unos negocios turbios con empresarios y banqueros muy parecidos a los
actuales, o sea, chacales en toda regla. La cosa promete.
Pero
si a relaciones turbias nos asomamos, no podemos dejar escapar la oportunidad
de hablar de “The affair”, esta vez
en Movistar Series. Otra exquisitez (al menos su primera temporada lo fue, la
segunda ya no llega a
tanto) de
las relaciones de pareja complicadas. Originalísimo punto de partida ya que,
cada capítulo de la primera temporada está dividido en dos partes en las que
vemos los distintos puntos de vista de los dos protagonistas de este affair
doblemente adúltero (ambos están casados)
protagonizado por Dominic West (“The
Affair”, ¡qué potencia física la de este animal!) y Ruth Wilson (tremenda en “Luther”).
Así podemos ver los mismos hechos contados desde la perspectiva masculina y la
femenina (muy interesante, de verdad).
Los papeles del marido engañado (Joshua
Jackson de “Fringe”) y la esposa abandonada (Maura Tierney) tampoco tienen desperdicio. De hecho la segunda
temporada incluye también sus puntos de vista diversificando la historia, que se
va más hacia el thriller con crimen y juicio incluidos, lo que hace que pierda
su sentido original. La tercera temporada promete aún más cambios. Esperemos
que no bajen la temperatura de las escenas de sexo, mucho más realistas (y profundas) de las que solemos ver en
la tele.
Y
si hablamos de sexo habrá que pasarse por Netflix
(sí, se han comido el mercado, hay que
reconocerlo). Porque “Sense8” la
aventura internacional de las hermanas
Wachowski (filmaron la trilogía de
“Matrix” cuando aún eran los hermanos Wachowski) en la que tiene un papel
importante nuestro sexy Miguel Ángel
Silvestre, no se corta un pelo a la hora de aderezar su extraña ensalada
intercontinental con escenas de sexo de lo más calientes. Y si no lo creéis
revisad el capítulo 6 de la primera temporada y veréis que es lo más parecido a
una orgía en directo que habéis visto en vuestra pequeña pantalla. La
espectacular cinematografía impacta en un principio pero finalmente acaba por
perder interés a la vez que la historia se prolonga sin avanzar, convirtiéndose
toda la primera temporada en una larguísima introducción de personajes (incluyendo esporádicas apariciones de Daryl Hannah para dejar claro que lo
que estamos viendo es una historia de ciencia ficción -¿de verdad, no era un
tripi?). Y por lo que he visto en el primer capítulo de la segunda
temporada (o especial de Navidad), la
línea argumental continúa igual. O sea, sin avanzar.
Y
siguiendo con Netflix no podemos olvidarnos del que ha sido su gran exitazo: “Stranger things”, que consigue reunir
en 8 capítulos la esencia de “ET”, “Los goonies”, “Encuentros en la tercera
fase”, “Scanners” e incluso “The thing”, todos ellos exitazos de los 70-80. Y
es que esta serie transcurre en la década de los cardados imposibles,
recreándola hasta en los más mínimos detalles (incluida la banda sonora). Historia de aventuras infantiles que
recupera a una histérica Winona Ryder
en plena forma y a un Mathew Modine
canoso y malvado. Bicicletas en escapadas nocturnas, una hermana mayor idéntica
a la Kitty Pryde original de los cómics de X-Men de los 80 e incluso su propia
mutante preadolescente con poderes psíquicos, que ha convertido a Millie Bobby Brown en la nueva it girl
del momento. Un gran disfrute de serie.
Y
en otra línea totalmente distinta (o sea,
en plan “Downton Abbey”) se encuentra “The
crown”, elegantísima puesta en escena de los jóvenes años de una reina, en
este caso Isabel II de Inglaterra. Pero no os esperéis ñoñerías tipo Sissy,
esto es
material
serio que reconstruye una década (los 50)
en el Reino Unido, consiguiendo que personajes que siempre nos han parecido de
cartón piedra (la reina, su marido, su
hermana, sus padres, Churchill…) tomen forma como personas de piel y sangre
y pulsaciones, lo que hace que nos interesemos por lo que les pasa (increíble, les pasan cosas). Un placer
tranquilo y una gran lección de inglés.
Y
para cambiar de rumbo qué mejor que “The
get down”, un colorista musical como es debido. O mejor, una reconstrucción de un
capítulo de la historia de la música que yo desconocía totalmente: el paso de
la música disco al hip hop a finales de los 70. Con una espectacular dirección
de Baz Luhrmann que convierte en un
auténtico ballet cualquier escena aunque nadie baile, unos actores frescos y
muy jóvenes que nos hacen pasar por la época de Dona Summer hasta empezar a
rayar los vinilos al modo rap en fiestas que transcurrían en talleres industriales
en pleno Bronx neoyorquino. Un auténtico deleite con una estupenda banda sonora
(incluyendo la canción que crean al final
de la primera temporada “Set me free”). Y un Giancarlo Esposito (el dueño
de Los Pollos Hermanos en “Breaking Bad”) en un registro totalmente
diferente al que tanta popularidad le dio.
Y
el contraplano de esta serie sería (volviendo
a HBO para cerrar el círculo) “Vynil”,
la historia (mucho más oscura y drogada)
de un productor discográfico tratando de sobrevivir a principios de los 70.
Producida por Martin Scorsese y el
mismísimo Mick Jagger, nos
cuenta la bajada a los infiernos del protagonista (Bobby
Cannavale) para sacar adelante su propia empresa discográfica en pleno boom
de la movida neoyorkina, donde nieva polvo blanco todas las noches y el sexo y
el alcohol son habituales en las reuniones de negocios.
Y atentos
a Amazon. Después del éxito de “Transparent” están a punto de desembarcar
con la primera serie de televisión dirigida por el mismísimo Woody Allen… Eso es todo por ahora. Hay
muchas más que seguro que merecen la pena. Si las habéis visto, escribidme y
contádmelo…
Mola Rober... Mantennos al día 😉
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