viernes, 20 de enero de 2017

Nueva forma de ver la tele (II)


Bilbao, año nueve d.c. (después de la crisis, o sea, el robo a mano armada del que todos somos víctimas). Y mientras los canales de televisión en abierto (léase, los gratis, los de siempre) continúan midiendo sus audiencias a la clásica, yo, como os había prometido, voy a seguir hablando de las últimas novedades en series de televisión. Pero de las que sólo se pueden ver en las nuevas plataformas, porque hoy en día Netflix, HBO, Movistar y pronto Amazon, son las que acumulan la mayor parte de la ficción que merece la pena verse. Desde luego, esto no deja de ser un blog de alto contenido crítico personal, con lo que ni son todas las que están ni están todas las que son. Pero es lo que tienen los críticos, que nuestros gustos personales se imponen sobre cualquier otro factor. Y si no que se lo pregunten a Mr. Boyero.

Voy a empezar por la recién llegada (como quien dice acaba de iniciar su andadura internacional como plataforma, aunque no deje de ser también el canal con mejor reputación en series de los últimos 15 años por lo menos), HBO. Y claro, hay que
mencionar a su buque estrella de los últimos tiempos: “Juego de tronos”. Pero ya se ha hablado mucho de esta serie que va  por la séptima temporada, aunque aún tendremos que esperar meses para ver el material rodado aquí al lado, en el País Vasco (en las temporadas anteriores ya pudimos reconocer los escenarios del Desierto de las Bardenas, el centro histórico de Girona, las tierras de Aragón o algunos edificios de Sevilla). Así que mejor empiezo con la que ha llegado para (supuestamente) ocupar su sitio cuando esta saga llegue a su conclusión. Estamos hablando, claro, de “Westworld”. ¿Cómo, que no sabes qué es? ¿Has tenido apagado internet los últimos meses? ¿Te has estado tapando los oídos? Porque no han dejado de hablar de esta nueva serie en todas partes. En realidad se trata de un remake de una peli de ciencia ficción de serie B de los 70, que tenía como estrella en decadencia a Yul Brynner y que mostraba un futuro cercano en el que un parque temático del oeste americano lleno de robots ofrecía a los visitantes la posibilidad de ejercer todo tipo de maldades bajo la excusa de que los robots no tienen alma. ¿Pero y si la tuvieran? A pesar de sus fallos, la historia resultó un éxito y se convirtió en película de culto, dando lugar a una secuela menos conocida titulada “Futureworld”, que contaba con Peter Fonda y Blythe Danner (la madre de la actricísima Gwyneth Paltrow) regresando a una reapertura del parque temático. Ya en el año 80 llegaría una primera serie de televisión que trataba de ser una continuación de estos dos films, pero sólo duró 5 capítulos y pasó completamente desapercibida. Así que hubo de esperar hasta este remake de lujo que ha sido la estrella del lanzamiento de esta plataforma en el mundo. Una primera temporada irregular, sorprendente a ratos, algo repetitiva y repleta de nombres conocidos del cine y la televisión, Anthony Hopkins, Ed Harris, James Marsden (el Cíclope de la trilogía original de X-Men) y Sidse Babett Knudsen (de Borgen), que mantiene la premisa del original y que, si no la alargan al estilo “Perdidos”, puede llegar a tener mucha miga. 


El otro gran desembarque de HBO internacional ha sido su primera producción italiana, “The young Pope”,  dirigida por Paolo Sorrentino, gran artista del cine que nos dio el lujazo que supuso “La gran belleza”. Si no te gustó aquella, no te molestes con esta. Sigue el mismo apabullante y elegante estilo visual, una acción entrecortada y llena de ironía (¡Dios mío, ¿el Vaticano la habrá visto?) con un joven y hermoso Papa interpretado por Jude Law, que fuma sin parar por las elegantes y barrocas estancias de los palacios eclesiásticos, acompañado a veces por una magnífica Diane Keaton en el papel de monja (ya era hora de que dejase de hacer esas payasadas de comedias americanas que casi siempre transcurren en bodas) y un sutilísimo Javier Cámara (¡qué gran actor tenemos, que lo mismo nos hace reír que llorar que pensar!). Un lujo tranquilo que no es para los amantes de la acción. Intrigas palaciegas en pleno Vaticano, mucho surrealismo (marca de la casa Sorrentino), magníficas interpretaciones y el primer Papa guapo de la historia, que además no tiene problemas en enseñar el culo.

Y la recién llegada, nada más estrenarse en la BBC ya está en HBO: “Taboo”, apabullante recreación del Londres de principios del siglo XIX a la manera de un western, que se adentra en una complicada herencia familiar con un misterioso personaje central que parece recién llegado de… la mismísima muerte (Tom Hardy), su exquisita medio hermana (la española Oona Chaplin, aristocracia del cine por apellido y de la tele por su participación en “Juego de Tronos”) y unos negocios turbios con empresarios y banqueros muy parecidos a los actuales, o sea, chacales en toda regla. La cosa promete.

Pero si a relaciones turbias nos asomamos, no podemos dejar escapar la oportunidad de hablar de “The affair”, esta vez en Movistar Series. Otra exquisitez (al menos su primera temporada lo fue, la segunda ya no llega a
tanto) de las relaciones de pareja complicadas. Originalísimo punto de partida ya que, cada capítulo de la primera temporada está dividido en dos partes en las que vemos los distintos puntos de vista de los dos protagonistas de este affair doblemente adúltero (ambos están casados) protagonizado por Dominic West (“The Affair”, ¡qué potencia física la de este animal!) y Ruth Wilson (tremenda en “Luther”). Así podemos ver los mismos hechos contados desde la perspectiva masculina y la femenina (muy interesante, de verdad). Los papeles del marido engañado (Joshua Jackson de “Fringe”) y la esposa abandonada (Maura Tierney) tampoco tienen desperdicio. De hecho la segunda temporada incluye también sus puntos de vista diversificando la historia, que se va más hacia el thriller con crimen y juicio incluidos, lo que hace que pierda su sentido original. La tercera temporada promete aún más cambios. Esperemos que no bajen la temperatura de las escenas de sexo, mucho más realistas (y profundas) de las que solemos ver en la tele. 


Y si hablamos de sexo habrá que pasarse por Netflix (sí, se han comido el mercado, hay que reconocerlo). Porque “Sense8” la aventura internacional de las hermanas Wachowski (filmaron la trilogía de “Matrix” cuando aún eran los hermanos Wachowski) en la que tiene un papel importante nuestro sexy Miguel Ángel Silvestre, no se corta un pelo a la hora de aderezar su extraña ensalada intercontinental con escenas de sexo de lo más calientes. Y si no lo creéis revisad el capítulo 6 de la primera temporada y veréis que es lo más parecido a una orgía en directo que habéis visto en vuestra pequeña pantalla. La espectacular cinematografía impacta en un principio pero finalmente acaba por perder interés a la vez que la historia se prolonga sin avanzar, convirtiéndose toda la primera temporada en una larguísima introducción de personajes (incluyendo esporádicas apariciones de Daryl Hannah para dejar claro que lo que estamos viendo es una historia de ciencia ficción -¿de verdad, no era un tripi?). Y por lo que he visto en el primer capítulo de la segunda temporada (o especial de Navidad), la línea argumental continúa igual. O sea, sin avanzar.

Y siguiendo con Netflix no podemos olvidarnos del que ha sido su gran exitazo: “Stranger things”, que consigue reunir en 8 capítulos la esencia de “ET”, “Los goonies”, “Encuentros en la tercera fase”, “Scanners” e incluso “The thing”, todos ellos exitazos de los 70-80. Y es que esta serie transcurre en la década de los cardados imposibles, recreándola hasta en los más mínimos detalles (incluida la banda sonora). Historia de aventuras infantiles que recupera a una histérica Winona Ryder en plena forma y a un Mathew Modine canoso y malvado. Bicicletas en escapadas nocturnas, una hermana mayor idéntica a la Kitty Pryde original de los cómics de X-Men de los 80 e incluso su propia mutante preadolescente con poderes psíquicos, que ha convertido a Millie Bobby Brown en la nueva it girl del momento. Un gran disfrute de serie.

Y en otra línea totalmente distinta (o sea, en plan “Downton Abbey”) se encuentra “The crown”, elegantísima puesta en escena de los jóvenes años de una reina, en este caso Isabel II de Inglaterra. Pero no os esperéis ñoñerías tipo Sissy, esto es
material serio que reconstruye una década (los 50) en el Reino Unido, consiguiendo que personajes que siempre nos han parecido de cartón piedra (la reina, su marido, su hermana, sus padres, Churchill…) tomen forma como personas de piel y sangre y pulsaciones, lo que hace que nos interesemos por lo que les pasa (increíble, les pasan cosas). Un placer tranquilo y una gran lección de inglés. 

Y para cambiar de rumbo qué mejor que “The get down”, un colorista musical como es debido. O mejor, una reconstrucción de un capítulo de la historia de la música que yo desconocía totalmente: el paso de la música disco al hip hop a finales de los 70. Con una espectacular dirección de Baz Luhrmann que convierte en un auténtico ballet cualquier escena aunque nadie baile, unos actores frescos y muy jóvenes que nos hacen pasar por la época de Dona Summer hasta empezar a rayar los vinilos al modo rap en fiestas que transcurrían en talleres industriales en pleno Bronx neoyorquino. Un auténtico deleite con una estupenda banda sonora (incluyendo la canción que crean al final de la primera temporada “Set me free”). Y un Giancarlo Esposito (el dueño de Los Pollos Hermanos en “Breaking Bad”) en un registro totalmente diferente al que tanta popularidad le dio.


Y el contraplano de esta serie sería (volviendo a HBO para cerrar el círculo) “Vynil”, la historia (mucho más oscura y drogada) de un productor discográfico tratando de sobrevivir a principios de los 70. Producida por Martin Scorsese y el mismísimo Mick Jagger, nos
cuenta la bajada a los infiernos del protagonista (Bobby Cannavale) para sacar adelante su propia empresa discográfica en pleno boom de la movida neoyorkina, donde nieva polvo blanco todas las noches y el sexo y el alcohol son habituales en las reuniones de negocios.

Y atentos a Amazon. Después del éxito de “Transparent” están a punto de desembarcar con la primera serie de televisión dirigida por el mismísimo Woody Allen… Eso es todo por ahora. Hay muchas más que seguro que merecen la pena. Si las habéis visto, escribidme y contádmelo… 

1 comentario: