viernes, 23 de octubre de 2020

Cleopatra Jones y la Blaxploitation

 

©Rob Cristo

Año 1 d.c. (durante la crisis -de la Covid)Cleopatra Jones fue una de las primeras heroínas que elegí para mi serie de ilustraciones titulada Chicas Malas. Malas en el sentido de “traviesas, inconformistas, aguerridas, atípicas, representativas, luchadoras, sexis, protagonistas…” Era la continuación de mi primera serie Bad Boys, en la que los personajes solo entraban por ser barbudos y sexis, con lo cual ya suponía un paso adelante. Cleopatra Jones tenía ganado su lugar en este altar a las chicas con las que crecí, por derecho propio, solo por sus estilismos delirantes, sus  outfits tan 70s e irrepetibles, pero también por su presencia rotunda de mujer con agallas, capaz de plantarse delante de un grupo de malosos (o malosas) con una metralleta y llenar la pantalla por sí misma.

Porque Cleopatra Jones es un personaje cinematográfico de lo que se conoce como la Blaxploitation (o Blackploitation), movimiento cinematográfico surgido en los Estados Unidos a principios de los 70, que tenía como protagonistas a personajes afroamericanos (principalmente policías y detectives, pero también criaturas más fantásticas como vampiros) que patrullaban la ciudad (o más bien el barrio de Harlem) a ritmo de funk. Las bandas sonoras y los estilismos eran lo más remarcable de estas películas de serie B que contaron con gran éxito de público, con hits como el de nuestra protagonista (tuvo dos películas, Cleopatra Jones y Cleopatra Jones y el Casino de oro), Blackula (versión negra del clásico Drácula) o Las noches rojas de Harlem. Aunque a Cleopatra la interpretó en ambas películas la bellísima Tamara Dobson, la que de verdad se llevó el gato al agua dentro de este movimiento fue Pam Grier (especialmente en Foxy Brown), recuperada años después por Tarantino para protagonizar Jackie Brown. Y se puede decir que de estos éxitos saldría también la famosa serie de televisión Shaft, más adelante remakeada para el cine.

La Blaxploitation fue en realidad una reacción al poco protagonismo que los personajes negros habían tenido históricamente en el cine de Hollywood, casi siempre reducidos a personajes secundarios hasta la llegada de SidneyPoitier y con anécdotas tan tristes como cuando Hattie McDaniel ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto por su interpretación en la (recientemente criticada por su representación de la explotación negra) clásica Lo que el viento se llevó, pero no se le permitió estar en la sala de ceremonias con sus compañeros de profesión blancos. Los años 70, sin embargo, habían pasado ya por Martin Luther King, Malcolm X y los Black Panthers, así que era necesario que algo cambiase.

Cleopatra Jones lucía estupenda en su papel de detective privada, con colores explosivos, afros que harían morir de envidia a Llongueras y unos pantalones de campana dignos de colgar de la misma Notre Dame. Los argumentos de sus dos películas la enfrentaban siempre a bandas de malosos regentadas por mujeres fuertes (y, oh, sorpresa, blancas y lesbianas) interpretadas en la primera entrega por ShelleyWinters y en la segunda por Stella Stevens. Recuerdo tener mi primer encuentro con el personaje en las sesiones de cine de los domingos por la tarde en el represivo colegio religioso en el que cursé la primaria y pensar: “estos curas no se enteran de nada”, porque me pareció increíble que nos mostrasen una peli tan libidinosa y llena de feromonas a un público de preadolescentes ansiosos de experiencias pecaminosas cuando desde su posición de poder criticaban y humillaban cualquier salida de tono…

Sea como fuere, Cleopatra Jones permaneció en mi altar particular de mujeres fuertes y glamurosas con esa garra y ferocidad tan camp que aún tardaría años en saber apreciar. Y hoy en día, tras el “Me too” y el “Black Lives matter” podemos decir que ese afro, esas campanolas y esa escopeta en ristre están de rabiosa actualidad en un tiempo en el que, desgraciadamente, tanto el machismo como el racismo siguen campando a sus anchas. Quizá haya llegado el momento en que Cleopatra Jones vuelva a coger su fusil para dar unas cuantas lecciones…

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